Arte popular y medio ambiente es un corto documental dirigido por Álvaro Durán y escrito por Laura Cala que refleja el trabajo de artistas populares, en diferentes regiones del país, y cómo su trabajo es una expresión artística que también genera conciencia sobre el medio ambiente y su cuidado. Grabado en Buenaventura (Valle del Cauca), Magangué (Bolívar) y El Líbano (Tolima), Arte popular y medio ambiente es una coproducción de Señal Colombia y un proyecto apoyado por el Ministerio de Cultura, el Programa Nacional de Concertación Cultural y el Salón BAT de Arte Popular. Este documental continúa el desarrollo de la serie Arte popular, el arte de la gente, y en esta ocasión aborda la temática del cuidado ambiental a partir de la historia de vida de cuatro artistas y su entorno, así como su relación con él en su producción artística.
Experimentación y creación con un propósito ambiental
Arte popular y medio ambiente cuenta a través de las historias de Graciela Viveros, Eduardo Butrón y “Los culebreros” la relación entre el arte y el medio ambiente desde la exploración de formas, la transformación de los materiales y creación de imágenes simbólicas del entorno. En las tres historias, el documental nos transporta hacia la exploración artística así como la utilización de materiales que los protagonistas encuentran en sus territorios, y cómo se conectan con preocupaciones ambientales y transforman para proponer otras miradas. En Arte popular y medio ambiente la relación del arte con el medio ambiente no se agota en el mensaje que dan los artistas, invitando con su producción a la conciencia social o denunciando problemáticas ecológicas, sino que demuestran una profunda relación entre su entorno en sus procesos creativos, técnicas y materiales. De esta manera Graciela Viveros y Eduardo Butrón se dan a la tarea de encontrar en los desechos de la minería los pigmentos que necesitan, transforman la chatarra en paisajes, o toman plásticos para tejer redes, y “Los culebreros” hacen música rap e intervenciones teatrales.
En Arte popular y medio ambiente conocemos así las obras de Graciela, hechas en arcilla y decoradas con pigmentos naturales que obtiene de las minas. Ella, como una forma de protesta, toma los desechos y elementos que quedan de la contaminación de la minería para crear algo nuevo y bello. También, el trabajo de Butrón, quien interviene las calles de Magangué con retazos de cerámica para construir mosaicos que cuentan la historia del lugar y que somos nosotros los que contaminamos y que, no sólo el río o la tierra necesitan limpiarse, sino que “debemos sacar la basura del alma”. Por último, el documental presenta el trabajo artístico de Edwin y Giselle, “Los culebreros”, quienes comprendieron desde la experiencia en el campo la identidad con el territorio, y que les ha servido de inspiración para hacer una propuesta de arte “transustancial”, utilizando el poder del rap sin olvidar la música tradicional y el teatro.