“Los versos de Flórez llegan al alma por eso su pueblo le amo, y le ama todavía”.
Nació en Chiquinquirá, el 21 de mayo de 1867, en el seno del hogar constituido por el médico Policarpo María Flórez y doña Dolores Roa. Murió el 7 de febrero de 1923, en Usiacurí (Atlántico).
Este poeta, músico y compositor, Chiquinquireño “nació con el don de la poesía y vivió para la poesía” escribe Carlos Rodado Noriega, y a los 16 años publicó su primer libro de poesías llamado “Horas”.
Fue el fundador de la famosa “Gruta Simbólica”,un escenario de tertulia literaria donde alternó con poetas y antagónicas corrientes literarias, y fue allí donde depuró su genialidad literaria. Su vida transcurrió en la capital del país, donde se ganó la popularidad y la fama como “el poeta del pueblo”, y de allí se aparta en 1905, cuando inicia una travesía que lo llevó a Costa Rica, Venezuela, Nicaragua,México, Cuba, y finalmente a España, donde el presidente de la república de Colombia de entonces, Rafael Reyes, le da un cargo diplomático en 1907.
En el año 1909, regresa a Colombia, y decide radicarse en Usiacurí (Atlántico), donde encontró la paz que estaba buscando. Allí conformó una familia con Doña Petrona Moreno, con quien compartió los últimos trece años de su vida, y de cuya unión nacieron cinco hijos: Lira, Divina, Cielo, Hugo y León Julio. Muy pocas veces hizo recitales fuera de su refugio en Usiacurí, pero alguna vez estuvo en Panamá, y realizó muchas presentaciones con Emilio Murillo.
Escribe Vicente Landínez Castro: “Cuentan que cantaba con voz llena y varonil, acompañado de su acostumbrado tiple, sus propias canciones, tan sentidas por el pueblo que las escuchaba siempre arrobado, tales, entre otras, Flores Negras y Noche de Noviembre”.
Nadie duda la paternidad de Julio Flórez, del pasillo “Mis flores negras”, ésta ha sido objeto de controversias sobre su autoría musical, sobre todo después de que los familiares del Maestro Emilio Murillo lo registraron como producción original del inolvidable “Puntillón”, basando su reclamo en lo escrito en un libro firmado por José Vicente Ortega Ricaurte y Jetón Ferro, sobre la vida bohemia bogotana y algunos aspectos de la célebre tertulia de la Gruta Simbólica, de la cual se reconoce a Julio Flórez como su fundador. Según este libro, el pasillo “Mis flores negras”, había nacido la misma noche en que un grupo de bohemios, acosados por el toque de queda, buscó refugio en casa de Rafael Espinosa Guzmán, y en tal efecto lo cantaron por primera vez Pedro Ignacio Escobar y Luis Galán Gómez, con el acompañamiento pianístico de Emilio Murillo, su compositor.
Julio Flórez era músico, interpretaba el violín y el tiple, comentan sus biógrafos, y no fue “Mis flores negras” su única canción, pero se mantuvo mucho tiempo en el anonimato e inclusive se aseguró que era una obra del folclor ecuatoriano. Investigadores como Hernán Restrepo Duque, ha encontrado que la primera grabación del pasillo “Mis flores negras” o “Flores negras”, como también se le ha llamado, fue hecha por Nicasio Safadi, para la RCA Víctor, más o menos en 1914, con crédito único para Julio Flórez.
Según el investigador Orlando del Greco, Carlos Gardel escuchó “Mis flores negras” en Chile con su compañero José Razzano, y la montaron e interpretaron con otros repertorios colombianos, llevándola al acetato.
Han sido muchos los intérpretes de “Mis flores negras”, pero entre los más notables que llevaron en su repertorio este pasillo, se cuentan Juan Arvizu quien la interpretaba en sus programas de la CBS, Carlos Julio Ramírez con una maravillosa versión y grabación que ha servido como modelo, los duetos: Espinosa y Bedoya, Obdulio y Julián, Garzón y Collazos, el dueto de Antaño, Silva y Villalba, Los Coros Cantares de Colombia, Las Clásicas del Amor, bajo la dirección de Carmiña Gallo y Alberto Upegui, Kirlianit Cortés y nuestro crédito boyacense Sandra Esmeralda Rivera, además de algunas versiones instrumentales a cargo de Alfredo Rolando Ortiz, Álvaro Dalmar, y León Cardona García.
Julio Flórez, es una de las figuras líricas más importantes que ha producido Colombia y por años fue un verdadero ídolo en el ámbito de las letras. A pesar de que el “Poeta del Pueblo”, en toda su obra fue un gran devoto de la poesía necrofílica, dentro de sus producciones, se cuentan algunas con carácter diferente, en todo caso se reconoce su popularidad en todo el continente, especialmente en Colombia.
Entre sus obras más famosas está el pasillo canción “Flores negras”, y otras no menos importantes como: “Ella”, “Y lo beso en la frente”, “Tanto me odias” y “Góndolas azules”. Adicionalmente se citan otras obras con letra de Julio Flórez y música de otros compositores como: “Hondos pesares” un bambuco con música de Emilio Murillo; “En las tristes noches del helado invierno”, una danza con música de Eduardo Cadavid; “Canción de las Tardes”, música de Emilio Murillo; “Tanto me odias”, música de autor anónimo; y “El enterrador”, bambuco con música de Luis Romero, del cual existen versiones importantes como la del Dueto Antioqueño “Nueva Gente” y el Dueto boyacense “Hoja de Roble”.