Materiales para la alquimia del arte

Materiales para la alquimia del arte

 La Fundación BAT asumió en el año 2020 el compromiso de ofrecer alternativas pedagógicas a la comunidad que se ha construido a partir de las convocatorias del Salón BAT de arte popular, de modo que artistas, gestores, docentes e interesados en el mundo del arte encuentre herramientas para el desarrollo de los procesos artísticos y creativos. El Programa Virtual de Exploración Artística y Creativa ha desarrollado de manera satisfactoria los siguientes cursos: 1. Saberes del arte popular (2020); Arte como poética de la vida (2021); Comunidades creativas (2022); Arte para la paz (2023). Esperamos que la propuesta del 2024 sea igual de provocadora que en los años anteriores y que el prólogo siguiente alimente las expectativas para participar. 

 
Prólogo 2024 
 
Existen actividades y palabras en desuso que antaño concentraban valores transcendentales que exigían a sus practicantes una dedicación exclusiva. El desuso de las palabras supone la desaparición de las prácticas que las validaban porque se almacenan en estantes que se olvidan mientras eran reemplazadas por nuevas formas de hacer que se compaginan con las dinámicas de las diferentes épocas. La alquimia como palabra y como práctica quedo relegada a un umbral exotérico desde el cual se plantean mundos y acontecimientos sobrenaturales.  
 
Generalmente la alquimia es considerada el antecedente natural de la Química porque dentro de su quehacer y sus objetivos lleva implícita la experimentación de diversas sustancias y materias para transmutarlas en sustancias y materias idealizadas. Pero el objetivo de “transmutar el plomo en oro” con la combinación de, entre otros elementos, de “estiércol con la leche de la luna”, parece más una búsqueda metafórica y metafísica que una literalidad científica. En este caso, los filtros normatizadores de la Química observan que los procedimientos de la alquimia se asemejan a la usanza de los métodos de laboratorio olvidándose, como sucede en la investigación científica actual, del componente psicológico que es estimulado y afectado por este tipo de búsquedas. 
 
Si nos detenemos en una definición de diccionario de la palabra alquimia se constata un elogio de las prácticas que la caracterizaban: “operaciones complejas que producen efectos maravillosos, inalcanzables mediante procedimientos convencionales”. Esas operaciones complejas necesitaban de la acción activa y permanente del fuego que, además de romper, recombinar y transmutar molecularmente las sustancias, era el elemento que podía purificar la materia y el alma del alquimista. De modo que la usanza científica, como proceso intelectual que aspira a una verdad univoca, era más bien una exploración metódica y disciplinada que se convertía en una especie de requisito de iniciación moral que intentaba expiar el alma. De modo que la simbiosis que buscaban entre el estiércol, el plomo, la leche de la luna y el oro dependía de un equilibrio espiritual que produce un efecto maravilloso en la materia, pero inalcanzable con los métodos de laboratorio. 
 
Si nos apropiamos, durante el tiempo que dedicamos a leer estas líneas, de la usanza genérica de la alquimia y mezclamos elementos que en otras instancias se vuelven inverosímiles, podemos decir, según la definición anterior que: 
 
“el arte realiza operaciones complejas que producen efectos maravillosos, inalcanzables mediante procedimientos convencionales”.
 
Si en la cosmovisión alquímica el iniciado podía aspirar a la perfección mientras buscaba descubrir la sabiduría y la belleza contenida en la imperfección, en el mundo actual sería el artista quien tendría esa misión. De tal suerte que para producir arte se debe aspirar a tener una vocación metódica y disciplinada que transmuta la belleza al trascender su aspecto estético para que actúe como una regulación afectiva que expresa la sabiduría contenida en el pensamiento simbólico. Sin embargo, en el mundo del arte y entre los artistas esta es una misión que, por su extrema complejidad, no se le ha prestado la suficiente atención. Recordemos que los alquimistas tenían una abnegación total, mientras que ahora esa entrega supera los límites idealistas, aunque a pesar de ello, es posible reconocer el espíritu alquimista y, por tanto, conjeturar una alquimia del arte. 
 
Pero si queremos encontrar materiales idóneos para experimentar la alquimia del arte es necesario salir de las comodidades procedimentales del arte que nos apasiona para comenzar a explorar intersticios lejanos y desconocidos que nos ofrecen otros campos del conocimiento humano. Ejemplos del espíritu alquimista los encontramos en dos hipótesis que han removido las bases más estructurales y sensible de la ciencia: La Teoría Gaia y la Materia Oscura. Aunque en ambas hay una aplicación estricta del método científico, ninguna podría expresarse si no se recurre a una imaginación metódica y disciplinada que aspire a descubrir la sabiduría que actúa dentro de las grietas del conocimiento. 
 
Para ambas resulta evidente identificar los efectos que se producen, de manera aislada, sobre la realidad visible, pero no la amalgama de relaciones sutiles que la mantienen. Similar a lo que vive el artista en su proceso creativo o al espectador en su experiencia estética. Sabemos que sucede algo, identificamos los elementos que intervienen, pero no es fácil precisar ni anticipar sus modos de interacción ni de expresión.  
 
Para entrar en los menesteres de la alquimia del arte es preciso dejarse contagiar de un proceso iniciático que, como en el caso de Gaia y la Materia Oscura, ayude a pensar lo impensable. Por ello, el Programa Virtual de Exploración Artística y Creativa, de la Fundación BAT, asume un espíritu alquimista con el que adelanta indagaciones que permitan imaginar materiales para desarrollar una vocación alquímica que afecte de maneras insospechadas y benéficas nuestros roles en el mundo del arte. 
 
A través de las redes sociales de la fundación se informará oportunamente sobre el nombre, el cronograma, las temáticas y demás tópicos que se desarrollaran este año. Espero que en sus espíritus artísticos brote la inquietud de adentrarse en esto que hemos denominado la Alquimia del arte y para ello es necesario que puedan proponer algunos materiales, escribiendo sus sugerencias en el chat de este artículo. La característica general es que sea un objeto o materia incierta (hipotético, imaginario). Espero sus materiales. 
 
Por: Elkin Bolaño Vásquez 
 
Coordinador Educativo. Fundación BAT 
 

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