Se usa la de equinos porque tiene un espacio entre los incisivos y los molares ya que los colmillos están casi extinguidos pues los equinos ya no son carnívoros sino herbívoros. Este espacio llamado asiento, que es donde se coloca el freno, sirve ahora para agarrar la carraca con los dedos índice y anular y pulgar, quedando libre la otra mano para frotar los molares con una costilla de res o golpear los lados de la carraca. Este instrumento ha perdido mucho su uso en los Llanos por el cambio que se hizo de la bandola o el bandolín al arpa moderna; así los arpegios no se pueden oír al tiempo con el traquido de la carraca, la que se suple con los capachos o maracas para llevar el pulso rítmico. En los Departamentos de Santander, Cundinamarca y Boyacá se ejecuta golpeando y raspando alternativamente las caras laterales o las filas de muelas con una vara seca de guayabo. Este instrumento es también usado en el archipiélago de San Andrés y Providencia para acompañar los conjuntos tradicionales. Está hecho de mandíbulas de burro, lo cual no significa que se hiera a un animal, siempre se utiliza un esqueleto.
David Puerta incluyó en este trabajo la Mandolina, porque es el instrumento melódico tradicional de las islas de San Andrés y Providencia para interpretar los aires propios de esa región insular (quadrille, galop, schotisch, juba, polka, top dance, mentó, etc.), así como el calipso, proveniente de Jamaica. Es instrumento de pulsación con plectro, conformado por cuatro órdenes dobles de cuerdas metálicas.
Es un instrumento utilizado especialmente en San Andrés y Providencia, zona insular de Colombia. También recibe el nombre de tinajo. Se fabrica con un platón o tina de zinc que se pone con la abertura contra el suelo. Se coloca entonces una cuerda gruesa la cual se tensiona por un espigo o vara que se puede mover para producir diferentes tipos de sonidos por pulsación. Es también llamado tub-bass. Su uso ha sido desplazado por el bajo eléctrico pues cumple una función similar aunque el timbre original se modifica.