Los maguarés macho y hembra son tambores de madera fabricados con trozos de madera fuerte, de unos 2 metros de largo por diámetro de unos 40 cms.
La hembra se diferencia, no por su tamaño sino por su sonido que es poco grave en relación con el Macho. Su sonido es muy fuerte pues se oye a unos 35 kilómetros (7 leguas). Por ello se llama " telégrafo o teléfono de la selva". Al ejecutar, por medio de golpes dados con un mazo que lleva cabeza de caucho o seringa sobre los mamelones o tiras que quedan a los lados de la ranura central. Estos golpes son convencionales según su fuerza y número de golpes para los mensajes.
Estos mensajes son para anunciar la llegada de gentes extrañas a la tribu, para anunciar invasiones de hormigas o para llamar a las gentes que se pierden en la selva, cosa muy frecuente.
En cada localidad hay un maguaré que repite los mensajes y así éstos cubren un área de 35 kilómetros hasta la próxima localidad en donde se retransmite. Es un error decir o escribir " manguaré " pues la palabra correcta es " maguaré ", sin la ene. Es típico de los Huitoto quienes fabrican los más perfectos.
Se fabrica con troncos ahuecados al fuego. Se coloca el tronco horizontalmente y a unos 35 centímetros de cada extremo se colocan porciones de brasas. Se aviva el fuego cuidando de que no se pase de un círculo de 20 centímetros de diámetro. Esto se hace humedeciendo la madera que se quiere proteger. El fuego entonces va penetrando hasta donde se quiera profundizar. Todo el sector interior del tronco se ahueca dejando solo dos aletas o mamelones en el centro. Para conseguir esto se cubre la pared interna del tronco en la zona donde debe ir el mamelón, con barro o tierra mojada; luego se separan los dos mamelones o aletas con una ranura. Sobre esta ranura y sus aletas laterales que son desiguales, se golpea con dos mazos de madera fina que llevan en su extremo una gran masa de caucho crudo atada con fibra de cumare.
Los maguarés de señales se colocan colgados de los árboles en posición inclinada para tocarlos fácilmente, sobre horcones de troncos y generalmente cerca de corrientes de agua para mejorar la transmisión del sonido porque sobre los ríos no hay árboles que detengan el aire.