Ya ha pasado más de un año desde que se abrió la convocatoria nacional del VII Salón bat de Arte Popular, Colombia y el Medio Ambiente, y me reitero en que el arte es un medio que ofrece infinidad de posibilidades para concientizar a la gente sobre la responsabilidad que todos los seres humanos tenemos en la preservación de los recursos naturales. Algunos se preguntarán qué tiene que ver el arte con los temas medioambientales.
Me llama la atención el arte ambiental y su auge en los últimos diez años, en los que ha hecho parte de la agenda artística mundial, al tiempo que los problemas medioambientales se han hecho más evidentes. La naturaleza ha estado presente en el arte desde las pinturas rupestres del Paleolítico, en las que los animales eran el tema protagónico. En la historia del arte occidental, el paisaje fue adquiriendo poco a poco relevancia, desde su aparición como fondo de escenas religiosas e históricas, e incluso del retrato, hasta constituirse como género independiente en la pintura holandesa del siglo XVII.
En el siguiente siglo adquirió gran relevancia el arte romántico, que, en contraposición a la Revolución Industrial, expresó gran afinidad con la naturaleza, e incluso vislumbró problemas como el de la contaminación y destrucción; y ya en el siglo XIX surgieron movimientos pictóricos enteramente dedicados a la representación de escenas naturales, como la escuela de Barbizon, en Francia, la escuela del río Hudson, en los Estados Unidos, y la escuela de la sabana, en Colombia, movimiento este último que recibió la influencia del impresionismo, en cuanto glorificaba la naturaleza y se pintaba al aire libre, es decir, en el sitio, acercándose a ella con el ánimo de captar la luz y sus cualidades cambiantes y efímeras.
En este desarrollo, la naturaleza fue siempre representada desde fuera, como vista de frente o a través de una ventana, pero ya en el siglo XX la naturaleza fue haciéndose, cada vez más claramente, parte de las obras, y con la aparición del land art, a finales de los sesenta, aparece por primera vez una corriente que utiliza la potencialidad de la naturaleza, para trabajar con ella como soporte y como materia de exhibición.
Los artistas de esta tendencia, en lugar de representar la naturaleza, la usan directamente en su obra, y a partir de instalaciones, excavaciones o esculturas realizan construcciones que forman parte del entorno natural, en tanto que, simultáneamente, el arte povera, que surgió de la creciente crítica a las formas y prácticas escultóricas tradicionales, comenzó a involucrar materiales naturales, como paja, arena, piedras y ramas, en su expresión artística.
De los propósitos de estos movimientos surgió el arte ambiental, un movimiento que convierte la naturaleza en su inspiración y materia prima para transmitir su belleza y animar a preservarla. El arte ambiental se convirtió en fundamento del VII Salón bat de Arte Popular, Colombia y el medio ambiente, puesto que, como aquel, el Salón pretende crear conciencia acerca de problemas medioambientales, involucrar a la comunidad en la preservación del entorno natural, incentivar el compromiso de la ciudadanía y de los gobiernos para promover políticas públicas, económicas, sociales y culturales enfocadas en la conservación de los recursos naturales.
Según Maria Consuelo Araújo, Ministra de Cultura:
"El Ministerio de Cultura celebra la realización por primera vez en la historia del país de un Salón Nacional de Arte Popular, un espacio abierto para todos aquellos que ejercen la plena libertad creativa sin reparos de ningún tipo. El Salón es en sí mismo, una oportunidad única para que el país conozca y aprenda nuevos lenguajes estéticos, nuevas simbologías y nuevas representaciones que demuestran como la gente necesita expresarse artísticamente independientemente de las limitaciones que históricamente el mismo medio cultural ha marcado".
Según Oliva Díaz Granados:
"El I Salón BAT de arte popular sorprende porque tiene múltiples lecturas. Más allá de su valor estético, impacta el hecho de ser una expresión de los sentimientos del país: lo religioso, lo festivo, lo urbano, lo rural, el amor y el erotismo . Es muy conmovedora la manera como se expresa el conflicto, plasmado por aquellos que de una u otra forma, han sido víctimas, con un abierto rechazo a la violencia, negándole a sus protagonistas el papel de héroes salvadores. Enhorabuena, esta exposición es acogida por el Museo Nacional, que por ser el lugar emblemático de la museografía en Colombia confiere toda la importancia que merece el arte popular colombiano".
Según Pedro Querejazu, Director del Area Cultural - Convenio Andrés Bello:
"El Museo Nacional de Colombia, la institución más emblemática del país en su categoría, abre las puertas para que en sus salas se lleve a cabo esta exposición abierta desde el 25 de noviembre de 2004 hasta el 13 de de febrero de 2005, realizada en dos salones, con el fin de que se pudiera dar cabida a las 179 obras, pues de lo contrario, el espacio disponible no lo hubiera permitido. Durante la exposición inicial se tiene previsto un foro sobre el arte popular y visitas guiadas de la muestra. Para el año 2005, se tiene prevista un circuito de itinerancia de la muestra en los más importantes centros culturales de varias ciudades del país".
"Por lo expuesto, el I Salón BAT de Arte Popular es un evento de gran importancia y significación en el momento actual del arte y de la realidad en Colombia. Tendrá también gran repercusión en el escenario del arte plástico y visual del país, así como ya lo tienen otras manifestaciones del arte popular vinculadas con la música que también respalda y promociona la Fundación BAT Colombia".
Con una convocatoria nacional que reunió una muestra de 1603 obras inscritas de todas las regiones del país, la Fundación BAT, inauguró en 2007 la muestra itinerante del II Salón BAT de arte popular en el Ala Experimental del Museo de Antioquia, la cual constó de 47 obras de los artistas que se presentaron a la convocatoria y 3 del maestro Luis Ernesto Parra, artista bumangués, a quien se le rinde homenaje.
El II Salón BAT de arte popular reviste una importancia singular, porque traza una plataforma para la discusión, proyección y promoción del arte popular colombiano, basada en la altísima calidad estética de las obras presentadas y la continuidad del proceso que permite lograr la legitimación de su valor y su vigencia. Este II Salón BAT de arte popular, nos muestró con total amplitud que así como el arte popular tiene profundas raíces en México, Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia o Brasil, en Colombia también existe con una vitalidad impensable, y que a diferencia de estos, lo único que no existía, eran suficientes espacios que lo apalancaran. De esta segunda convocatoria como en la primera, cabe resaltar como uno de los hechos más importantes, el espacio de reflexión que el arte popular plantea hacia la problemática social y política del país, la cotidianidad y las creencias populares, lo cual le permite una doble mirada: la valoración de su altísima calidad estética y el significado antropológico de una muestra que reúne 125 obras, de un total de 1603 obras inscritas, provenientes de todas las regiones del país.
Una convocatoria nacional:
La decidida participación de la Conferencia Episcopal Colombiana, permitió promover la convocatoria en más de 3.700 parroquias. Igualmente, Servientrega que se vinculó permitiendo la logística de las inscripciones gratuitas en todos los puntos de atención y el traslado de las obras seleccionadas, los medios de comunicación como El Tiempo, la Comisión Nacional de Televisión, RCN, Caracol y los principales canales regionales, garantizaron un cubrimiento nacional de la convocatoria realizada en el año 2006. Igualmente, las bases de datos de los artistas presentados en el I Salón BAT, así como la creación por parte de la Fundación BAT Colombia de una sofisticada herramienta de software, permitió garantizar la recepción de inscripciones y la información permanente de los resultados de la selección en la pagina web www.fundacionbat.com.co. Gracias a esta profusa divulgación, se logró la participación de 29 departamentos, a excepción de Amazonas, Guainía y Vaupés, un total de 167 municipios representados, y 8 ciudades principales.
Itinerancia nacional:
El II Salón de arte popular se inauguró en la Biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá el 31 de enero, el 15 de marzo inició la itinerancia en Ibagué y continuó la exhibición en las principales ciudades del país hasta agosto del 2008. La muestra itinerante fue expuesta en los principales museos del país, gracias a la red de Museos del Ministerio de Cultura.
Lugares de Exhibición
• Ibagué - Museo de arte del Tolima, marzo 15 a abril 25 de 2007
• Santa Marta - Museo Bolivariano de arte contemporáneo, Quinta de San Pedro Alejandrino, mayo 9 a junio 19 de 2007
• Villavicencio - Gobernación del Meta, Salón Floramarillo, junio 27 a julio 17 de 2007
• Medellín - Museo de Antioquia, julio 26 a agosto 29 de 2007
• Manizales - Museo de arte de Caldas - septiembre 6 al 26 de 2007
• Tunja - Secretaría de Cultura y Turismo de Boyacá - octubre 4 a 30 de 2007
• Cali – Banco de la República –noviembre 8 a 15 de diciembre de 2007
• Cartagena - Sala de Exposiciones del Centro de Formación de la Cooperación Española, enero 5 a febrero 5 de 2008
• Bucaramanga - Museo de arte moderno, febrero 13 al 13 de marzo de 2008
• Montería - Centro cultural y de convenciones de Córdoba, marzo 22 a abril 22 de 2008
• Barranquilla - Parque Cultural del Caribe, abril 30 a junio 14 de 2008
• Pasto – Banco de la República, junio 26 a 28 de julio de 2008.
Premiación
El 31 de enero, día de la inauguración, se entregaron siete premios y 11 menciones de honor:
• Un gran premio de $ 15.000.000, estatuilla y diploma a Baile de la cinta, paso de la virgen de Carlos Arturo Sánchez Gaona de Pasto, Nariño
• Un primer premio con mención especial de $ 5.000.000, estatuilla y diploma a Comunión de Carlos Hernando Vallejo Londoño de Santa Marta, Magdalena
Este bogotano de 49 años, quien vive hace 24 años en Santa Marta, realizó una bellísima talla en madera, representación de la Última Cena de Jesucristo, la cual sorprendió al jurado calificador por la perspectiva en la que se recrea esta obra del arte universal, y con ella los volúmenes que logra. Comunión además, muestra la naturalidad de unos personajes bíblicos, vestidos con ropa ligera, apropiada para los climas cálidos que abundan en Colombia, sentados en una mesa muy a la usanza popular, convirtiéndola de esta manera en una pieza absolutamente original.
En razón a lo anterior, amplia fue la discusión del jurado de premiación, porque la altísima calidad de esta obra en razón de las consideraciones mencionadas, obtuvo un reconocimiento como obra con mención especial.
• Dos primeros premios de $5.000.000 , estatuilla y diploma a:
-Miss nuevo realismo mágico, de la serie “País Real” de Luis Nicolás Camargo Pérez de Montería, Córdoba y a
-Nueva York forever de Blanca Stella Romero Morales de Bogotá, Cundinamarca
• Tres segundos premios de $2.500.000 cada uno, estatuilla y diploma a:
-Congreso indígena de José Manuel Peña Arias de Barranquilla, Atlántico
-Día de cometas de Henry Alberto Ramos Zabala de Bogotá, Cundinamarca
-El desorden de Alfredo Piñeres Herrera de Cartagena, Bolívar
• 11 menciones de honor, estatuilla y diploma a:
-Elogia del poder de Pedro Adolfo Boyacá de Guatavita, Cundinamarca
-La mona Teresa de Julián Antonio Sánchez de Cartago, Valle del Cauca
-Nudistas de Adolfo Caldas Salazar de Bogotá, Cundinamarca
-Flores y frutos de la violencia de Amparo Gómez Mejía de Quindío, Armenia
-Sitio silencioso de Jorge Fernando Vergel Bastos de Bogotá, Cundinamarca
-Justo de Pedro Vicente Cadena Reyes de Barichara, Santander
- Y.... dónde está el alcalde? de Mariela Sierra Ochoa de Medellín, Antioquia
-Homenaje a Kandahar y a su escena de prótesis en el desierto de Katherin Valencia Rosero de Soacha, Cundinamarca
-Quijotadas al Galeras de Álvaro Alfonso Zambrano Suárez de Pasto, Nariño
-Cultura del suicidio de Hernán Sáez Torres de Montería, Córdoba
-Facetas rurales de Nariño de Victor Hernán Zambrano Enríquez de Pasto, Nariño
El III Salón BAT de arte popular – Bicentenario de la Independencia es producto del trabajo de la Fundación BAT Colombia con el apoyo de la Presidencia de la República a través de la Alta Consejería Presidencial para la celebración del Bicentenario de la Independencia, del Ministerio de Cultura, de la Conferencia Episcopal de Colombia a través de su Departamento de Educación, Cultura y Universidades, del Banco de la República - Biblioteca Luis Ángel Arango, de la Casa Editorial El Tiempo, Servientrega, de las Secretarías de Cultura de las Gobernaciones, de la Comisión Nacional de Televisión, de los principales museos y centros culturales del país y de British American Tobacco Colombia.
El IV Salón de Arte Popular que realiza la Fundación BAT Colombia, es la continuación de un proyecto que se inició en el año 2004 y que a lo largo de sus tres versiones anteriores se ha constituido en la única iniciativa con impacto nacional sobre este género de la plástica en nuestro país.
La convocatoria se realiza en homenaje al Maestro Alfredo Piñeres Herrera, artista cartagenero, que ha participado en las tres versiones anteriores, haciéndose acreedor a distinciones.
La convocatoria es abierta y de carácter nacional. Entre sus principales objetivos está el de crear un espacio para que los artistas populares o empíricos, puedan obtener un merecido reconocimiento a su labor, generar audiencias urbanas interesadas en adquirir obras de arte popular e impulsar la investigación sobre el arte popular colombiano.
Esta iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura, del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, del Fondo de Promoción Turística, La Conferencia Episcopal de Colombia a través de su Departamento de Educación, Cultura y Universidades, La Casa Editorial El Tiempo, Servientrega, Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC), Señal Colombia, Corporación Cultural del Caribe - ImaginAcción, las Secretarías de Cultura de las Gobernaciones y los principales museos y centros culturales del país.
Se entiende como Identidad Regional las creencias, valores, la religión, los hábitos, las costumbres, los mitos, los reconocimientos que le dan el sello y que identifican la idiosincrasia de cada una de las regiones del país.
El Salón BAT de arte popular invita a explorar nuevas técnicas, lo cual no quiere decir que no propenda por promover la conservación de las técnicas tradicionales y ancestrales. Cada artista podrá participar con una obra bidimensional (obras sobre superficie plana, pintura, grabado, fotografía, impresión digital, collage, ensamblaje, otros), o tridimensional (talla en madera o piedra, cerámica, papel mache o con materiales experimentales), o nuevos medios (video arte, performance, net art), o arte urbano ( emplazamientos in-situ) o una en cada modalidad.
La convocatoria, que se realizará en homenaje al Maestro Alfredo Piñeres, artista cartagenero que ha participado en las tres versiones anteriores y acreedor a premios y menciones, es de carácter abierto y nacional.
El V Salón de Arte Popular cumple doce años de estar descubriendo a lo largo y ancho del país artistas empíricos con un gran talento, en la mayoría de los casos desconocido, por la falta de oportunidades, de apoyo y reconocimiento. Para la Fundación BAT Colombia, la experiemncia como líder de este proyecto ha sido muy enriquecedora, en la primera edición con el apoyo de la Dirección de Artes del Ministerio de Cultura en cabeza de Eduardo Serrano Rueda, hoy asesor y jurado del Salón, y de la mano e Gloria Triana, antropóloga, documentalista y asesora del jurado y siguiendoel ejemplo de la Fundación Bigott de Venezuela, se dio vida a dicho sueño, sin tener la más mínima idea de cuántos artistas populares había en Colombia, cómo encontrarlos y cómo iba a ser su respuesta a una convocatoria como esta.
Por: Ana María Delgado Botero, Gerente Fundación BAT Colombia
El Salón BAT de Arte Popular llega a su sexta edición, con más de 7000 artistas empíricos –unos reincidentes, muchos nuevos–, que han participado en la convocatoria y nos han dejado muchísimas experiencias y aprendizajes. En el Salón existe un sinnúmero de historias de vida plasmadas en sus creaciones, a partir de las cuales podemos concluir, con evidencias, que el arte realmente transforma la vida de las personas.
Colombia es un país de regiones, en las que la diversidad y la biodiversidad actúan para convertirnos en un país pluriétnico y multicultural. Y precisamente el arte popular es una radiografía de la cotidianidad, de la historia, de la idiosincrasia de los pueblos: es la lectura de lo que se vive a diario en el país.
Detrás de cada obra de arte hay un artista que tiene un sello que lo hace único, no sólo por la técnica, la variedad de materiales y por lo que comunica su obra, sino porque hay un ser humano que le da vida y que hace que su historia se convierta en parte fundamental de su trabajo artístico.
Me viene a la mente en este momento Luis Fernando Arango, que ganó el primer premio del I Salón BAT de Arte Popular, con la pintura Memoria del Olvido, inspirada en su propia vida. En ese momento, él era reinsertado del M-19, y su obra expresaba el silencio y el dolor de la guerra, la angustia de las víctimas y la desolación de los campesinos colombianos en medio de la riqueza de la geografía nacional. Su pasado y sus recuerdos lo inspiraron. Su deseo en ese entonces –era el año 2004– era vivir del arte, y hoy lo ha cumplido: es el fundador y director del Museo del Barrio, en Manizales.
Otro artista que me viene a la mente es Oscar Marino Quintero Vargas, de Roldanillo, Valle. Él es juez de la república, y en el IV Salón ganó el segundo premio con su obra Cementerio de ilusiones. En ella llamaba la atención sobre el irrespeto por la vida humana, por las de los animales y de las plantas, todas ellas muestras de la vida que parece estar en extinción en nuestro planeta. Fue muy interesante ver cómo este juez denunciaba el irrespeto a la vida humana plasmando en su obra la masacre de Trujillo en el Valle del Cauca. Valga decir que, posteriormente, él creó la Fundación Casa Quintero, en la casa que fue propiedad de sus abuelos, para acercar al público al arte y a la cultura.
Otro caso es el de Draison Murillo, quien estuvo 15 años privado de la libertad, y que en las noches aprovechaba la luz que entraba por una pequeña ventana del calabozo para leer sobre Rembrandt, Van Gogh, Leonardo da Vinci, Fernando Botero, Débora Arango y David Manzur, entre tantos otros artistas. Estando en la cárcel se enteró de la convocatoria realizada por el Uspec (Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios) y comenzó a pintar su obra Pelea, crimen y castigo: 15 años tras las rejas. En esta refleja la dura realidad que se vive en las cárceles de Colombia. Draison dice que la creó, entre otras cosas, para hacer caer en cuenta a la gente de que hay momentos en los que se debe pensar antes que actuar, porque estar preso es muy duro. Con esta obra ganó el segundo premio en el V Salón BAT de Arte Popular. Hoy día Draison es cotero en una plaza de mercado en Medellín y vende sus obras de arte.
Otro exrecluso que se presentó a la convocatoria es Alfredo Barrera, de Socorro, Santander, quién recobró la libertad hace apenas unos meses y el día de la apertura de la exposición se presentó en el Museo de Arte Moderno de Bucaramanga. Nunca se imaginó que podría llegar a estar ahí, y muy emocionado me dijo: “Ahora sí creo que voy a trabajar duro para vivir de ser artista”.
Como es costumbre en cada convocatoria, rendimos homenaje a un artista popular que se haya destacado por su aporte al arte popular, y es así como para el VI Salón BAT de Arte Popular, escogimos al Colectivo de las Mujeres Tejedoras de Mampuján, compuesto por mujeres víctimas del conflicto armado de María La Baja, departamento de Bolívar, lideradas por Juana Alicia Ruiz, que son un ejemplo de resiliencia, porque tuvieron la fortaleza de reconstruir su tejido social y de recurrir al arte como herramienta para lograr la reparación y la reconciliación, y para construir memoria histórica de su comunidad. Estas mujeres fueron acreedoras al Premio Nacional de Paz 2015 y fueron distinguidas con la medalla Carlos Mauro Hoyos, máxima distinción que otorga la Procuraduría General de la Nación a personas naturales. Sus tapices narran las historias de la tragedia que vivieron, pero hoy plasman también las esperanzas de regresar a Mampuján y de mostrarle al mundo que a pesar de los fuertes obstáculos que nos pone la vida, siempre hay un motivo para sonreír. Con estas mujeres, con la Gobernación de Bolívar y con Icultur (Instituto de Cultura y Turismo de Bolívar), estamos realizando talleres de arte y memoria en los municipios más afectados por el conflicto armado en el departamento. Los tapices que ellas han elaborado son como abrir un libro escrito por nuestros campesinos, por la gente que ha vivido en carne propia las consecuencias de la guerra y que espera que algún día la violencia sea un tema del pasado y el futuro sea al fin prometedor.
No quiero dejar de agradecer a los jurados del Salón: Gloria Triana, Elvira Cuervo de Jaramillo, Maripaz Jaramillo, Eduardo Serrano, Guillermo Londoño, que nos han acompañado durante muchos años en este recorrido por Colombia, seleccionando artistas y compartiendo sus conocimientos sobre cultura y arte popular. Y ahora se nos une, enhorabuena, María Claudia López Sorzano, actual Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá. Ella, con su experiencia en el sector cultural y artístico, conocedora de Colombia y con gran sensibilidad social, entra a formar parte del jurado de premiación. Así como también dos artistas que han participado en versiones anteriores del Salón, como Clara Ibeli Espinel Castro y Giovanni Cuadros Espitia, quienes actualmente son profesionales de las artes plásticas.
A la junta directiva de la Fundación BAT y a las entidades que nos apoyan: Ministerio de Cultura; Procuraduría General de la Nación; Ministerio de Comercio, Industria y Turismo; Fontur; Ministerio del Interior; Uspec (Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios); Gobernación de Bolívar; Icultur (Instituto de Cultura y Turismo de Bolívar); Conferencia Episcopal de Colombia; Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte; El Tiempo Casa Editorial; Servientrega; RTVC Señal Colombia; e ImaginAcción - Corporación Cultural del Caribe; a todas las secretarías e institutos de cultura del país, a los museos y centros culturales en los que se presenta el Salón; y a los medios de comunicación, a todos ellos queremos decirles de todo corazón: ‘Gracias’. Igualmente queremos expresar un especial agradecimiento al señor Procurador General de la Nación –Fernando Carrillo Flórez– por su apoyo a este VI Salón BAT de Arte Popular, quien estuvo motivado por la gran admiración que siente por las Tejedoras de Mampuján y porque reconoce el valor del arte y de la cultura como transformadores sociales.
Felicitaciones a los 1647 artistas que se presentaron a la convocatoria de este VI Salón BAT de Arte Popular. Gracias por mostrarnos, en sus obras de arte, a Colombia en todas sus dimensiones, por persistir y por creer que este Salón es una oportunidad para dar a conocer su talento y sus historias. Y gracias, por supuesto, al público, que sigue las exposiciones y las actividades que se realizan en torno al arte popular y que nos ayudaron a elegir las obras que se presentan en este VI Salón. Lo único que deseo es que vengan muchos salones más y haya muchas más historias de vida para compartir.