Foto: TIPLE
Según David Puerta, el tiple es el instrumento característico de la región andina, es una adaptación colombiana de la guitarra española de la época renacentista. Esta era, a su vez, una de las múltiples variedades de la vihuela traída al Nuevo Mundo en manos de los conquistadores, a principios del siglo XVI. El instrumento fue enseñado e impulsado por los misioneros Jesuitas durante todo el período colonial, con los nombres de discante, guitarrillo y finalmente tiple. A finales del siglo XIX evolucionó rápidamente en su fisonomía, tamaño y especificaciones organológicas, hasta su forma actual.
El encordado del tiple consta de doce cuerdas, en cuatro grupos de a tres cuerdas cada uno. Las “primas”, son tres cuerdas de acero afinadas al unísono en la nota Mi; las segundas, terceras y cuartas (notas Si, Sol y Re, respectivamente), tienen un bordón de cobre en el centro, afinado a una octava más baja que las dos cuerdas de acero que lo rodean. Esta disposición produce una serie de sonidos armónicos superpuestos que le confieren una “voz” especial para identificar el bambuco, el torbellino, la guabina y otros aires propios de la región Andina colombiana.
El tiple se utilizó siempre y se sigue usando en el ámbito folclórico para acompañar la voz humana u otros instrumentos, especialmente a otro tiple o al requinto, en conjuntos de guabina o rajaleña; con la guitarra en duetos bambuqueros; con guitarra y bandola, en tríos de cámara y estudiantinas. Se usa como instrumento de pulsación digital, cuando está acompañando, o como instrumento de plectro, para puntear las melodías. Durante el siglo veinte, la manera de tocarlo evolucionó a partir del esquema subalterno tradicional, incorporando técnicas propias de la guitarra y de la bandola, hasta adquirir carácter protagónico como solista en salas de concierto.
El maestro Guillermo Abadía Morales, en relación a este instrumento anota: Es el instrumento característico de la región andina o cordillera colombiana. Es una adaptación colombo-venezolana de la guitarra hispano-morisca. De las seis cuerdas de ésta se suprimieron la quinta y la sexta, probablemente porque su sonido dramático (propio del cante-jondo gitano) no se compadecía con los timbres usuales del canto de los bambucos, los torbellinos y las guabinas. Los cuatro órdenes restantes de la guitarra se triplicaron para dar mejor volumen sonoro; de esta manera el tiple quedó con cuatro órdenes triples. Cada orden está representado por tres cuerdas afinadas al unísono, con excepción de la cuerda central, de los órdenes segundo, tercero y cuarto que se templan en una octava más bajo.
En la fabricación del tiple se emplean maderas como el chuguacá o encenillo, pino, cedro, nogal y comino. El chuguacá sólo para ciertas partes que requieren mucha resistencia, como el mástil. El nogal se usa específicamente para el diapasón o tablilla que recubre el mástil y en el que se disponen los trastes. Para la cejuela se usa el cacho de toro o cuerno de res, o laminillas de plástico.